El uso de realidad virtual y videos 360 en terapia ha revolucionado el abordaje de los desafíos emocionales y mentales. Estas tecnologías proporcionan un entorno seguro para simular situaciones reales, especialmente útil en fobias, estrés postraumático y diferentes tipos de ansiedad. A través de experiencias virtuales, se pueden enfrentar miedos, practicar habilidades de afrontamiento y promover la introspección. La personalización de estas herramientas permite adaptar el tratamiento a las necesidades individuales.
La inmersión en entornos virtuales puede generar una mayor conexión emocional y facilitar la introspección. Al experimentar situaciones en primera persona, los clientes pueden comprender mejor sus reacciones emocionales, identificar patrones de pensamiento y explorar nuevas perspectivas. Esto puede resultar en un mayor nivel de conciencia y promover cambios positivos en el comportamiento y la cognición.